La palabra rinitis viene de los términos griegos “rihnos”, que significa nariz y el sufijo “itis”, que significa inflamación, por lo tanto, se puede entender más fácilmente esta condición como una inflamación de la nariz y sus principales síntomas son la congestión y obstrucción nasal, los que pueden ir o no acompañados de estornudos.

Durante el otoño comienzan los cambios de temperatura más radicales, lo que muchas veces termina por generar una congestión nasal muy difícil de tolerar.

Es entonces cuando los que presentan sus primeros síntomas comienzan a tomar una serie de antigripales, que en ocasiones no sirven de nada, porque lo que tienen no es un simple resfriado, sino una rinitis alérgica.

¿Cómo diferenciar una rinitis alérgica de un resfriado común?

La doctora Isabel Carranza, especialista en otorrinolaringología de Clínica Dávila, explica que cuando se trata de rinitis alérgica, a diferencia de los resfriados, “dura todo el año, no se acompaña de síntomas generales de malestar, ni dolores de cabeza. Es un cuadro inflamatorio, no un cuadro infeccioso”.

Respecto a la causa de esta enfermedad, declaró que puede ser de carácter hereditario y aseguró que “si uno de los padres es alérgico, hay alrededor de un 30% de posibilidades y si ambos padres lo son, las probabilidades aumentan a un 40 o 45% de ser o gatillar síntomas alérgicos con el estímulo”.

Para realizar un tratamiento adecuado es muy importante que en una primera instancia se identifique el tipo de rinitis alérgica que tiene el paciente. Esto se puede hacer a través de un test cutáneo, exámenes de sangre y por antecedentes familiares.

La rinitis alérgica puede ser intermitente o cíclica, lo que significa que se acentúa para los cambios estacionales como la llegada del otoño y la primavera; o puede ser persistente o perenne, lo que podría suponer una alergia que incluso dure los 365 días del año.

Dependiendo del tipo de rinitis que se presente va a variar el tratamiento que se realice. Por lo general, estos implican tomar antihistamínicos (antialérgicos) una o dos veces al día y en algunos casos se recetan inhaladores nasales, pero esto siempre va a depender de las indicaciones médicas para cada paciente.

Por otro lado, hay quienes pueden tener una rinitis asociada a otro tipo de enfermedades, como el asma. Para tratar esta enfermedad, es necesario acudir a un otorrino y broncopulmonar, aclara la doctora Carranza.

En el caso de los niños, la rinitis alérgica podría estar asociada a respiración bucal, especialmente en aquellos que presentan hipertrofia de adenoides y si ésta no es bien tratada, incluso podría terminar en una sinusitis cuando están en etapa pre escolar.