El daño o lesión cerebral adquirida puede originarse por múltiples causas: accidentes vasculares, enfermedades cerebrovasculares, golpes repentinos, entre muchos otros, en personas que desde su nacimiento no presentan ningún tipo de daño. Dicha situación afecta directamente la calidad de vida de ellos, ya sea a nivel del funcionamiento cognitivo, emocional, conductual y/o físico. Por lo anterior, la fisioterapia, como área de la medicina que aborda el diagnóstico, la prevención y el tratamiento de múltiples dolencias, es fundamental en la recuperación de este tipo de pacientes.

En los pacientes con Lesión Cerebral Adquirida, su proceso de rehabilitación se puede dividir de acuerdo a distintos grados de evolución: etapa aguda, subaguda y crónica o de mantención. Este proceso se llevará a cabo no solo durante la hospitalización si no que debe tener continuidad en el tratamiento ambulatorio.

La fisiatra de Clínica Dávila, Loreto Rozas explica que “en estos pacientes la rehabilitación debe iniciarse en forma precoz. Esta debe comenzar desde el ingreso a las Unidades de Cuidados Intensivos, ya que en este periodo el objetivo es proveer la estabilización del paciente y prevenir complicaciones por la inmovilización, manteniendo una buena postura para evitar posiciones viciosas que, al largo plazo, resulten en rigidez articular, acortamiento muscular, úlceras por presión y dolor”.

Asimismo, agrega que “si el paciente está en condiciones, se debe iniciar el proceso en sala. Se trabaja en estimulación cognitiva, desde estimulación polisensorial si el compromiso es severo, a trabajo de orientación y tareas ejecutivas. También se debe realizar un manejo y entrenamiento respiratorio y evaluar si hay trastorno de deglución para proveer una forma segura de alimentación. Si el paciente presenta problemas de comunicación se evaluará una forma alternativa para que este pueda expresar y consultar sobre situaciones básicas de bienestar y con ello disminuir su ansiedad. Desde que el paciente pueda colaborar, se realizarán actividades funcionales en cama como: aseo menor, alimentación y escritura, entre otras”.

Igualmente señala que “una vez que el paciente requiera menos cuidados y monitorización, se pueden ejecutar actividades en gimnasio, para reentrenar marcha y así evaluar si se requiere para lograr una marcha estable algún tipo de órtesis o ayudas técnicas. En ese momento también se entrena a familiares para asistir al paciente en el hogar y se orienta en modificaciones ambientales para que logre ser lo más independiente posible”.

La especialista explica que, una vez dado el alta hospitalaria, el paciente debe mantenerse en rehabilitación ambulatoria con el fin de consolidar las metas alcanzadas y, si la condición neurológica mejora, se establecerán nuevos objetivos funcionales.

Por último indica que “se debe considerar que todos los objetivos funcionales tienen como principal factor la colaboración y adherencia del paciente al proceso, así como una red de apoyo familiar que lo favorezca”.