La forma de corregir y tratar quirúrgicamente malformaciones de los maxilares, tanto en lo que respecta a tamaño y posición, es lo que se conoce como cirugía ortognática. En Clínica Dávila, existe un equipamiento de primer nivel para abordar esta patología que considera pabellón, unidades de hospitalizados y un equipo de profesionales especializados en esta cirugía.

Como señala el doctor Marcelo López, Cirujano Maxilofacial de Clínica Dávila, “el diagnóstico de un paciente con malformaciones se realiza por la presencia de alteraciones de la oclusión (mordida), un análisis clínico facial, sumado a radiografías y scanner”.

Prácticamente todos los procedimientos son realizados por medio de incisiones por dentro de la boca lo que minimiza las cicatrices y no deja secuelas estéticas en los pacientes.

Por lo general, aquellos pacientes que son operados en Clínica Dávila, están hospitalizados entre dos y tres días, controlándose la respuesta inflamatoria y el dolor post operatorio, que en estas cirugias, son de pequeña magnitud. Es importante mencionar, como indica el doctor López que “los pacientes se pueden alimentar desde el primer día y es clave mantener un control continuo semanal, al menos durante el primer mes. Regularmente se integran a su actividades habituales a las tres o cuatro semanas”, añadió.

Entre los principales beneficios que un paciente recibe al corregir sus huesos maxilares, se encuentran:

  1. Hacer más eficiente el sistema masticatorio y la deglución de alimentos.
  2. Puede mejorar la respiración, ya que los pacientes que sufren de escaso desarrollo maxilar suelen tener las vías áreas más estrechas, especialmente por mandíbula pequeña.
  3. El contorno facial del paciente mejora, haciendo más armónico su rostro y ayudando a su autoestima.
  4. Hacer más clara la pronunciación de palabras en pacientes con problemas de este tipo.
  5. También se indica esta cirugía en pacientes con Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (cierre u obstrucción de la vía respiratoria superior) o Hipoapnea del Sueño (cierre parcial de la vía respiratoria superior), permitiendo que algunos pacientes dejen de roncar o no tengan que usar un CPAP (dispositivo mecánico para el tratamiento de la apnea).

Otro de los mitos que comúnmente se asocian a esta patología es respecto a la cobertura de los sistemas de salud. Al tratarse de una enfermedad de tipo funcional, no estética, los sistemas de salud sí cubren los costos asociados a la cirugía. Lo anterior cobra relevancia, ya que muchas personas desconocen esta enfermedad o creen no poder cubrir los gastos de una intervención.