El servicio de urgencias en Clínica Dávila tiene pacientes frecuentes: los niños. Los ingresos de urgencia infantil más comunes varían según la época del año. En invierno son las enfermedades respiratorias, y en verano son las enfermedades estomacales y cuadros de deshidratación.

Más allá de la estación del año en que nos encontremos existen condiciones de consulta que se repiten año a año de forma periódica. Estos son los traumatismos y accidentes, que constituyen una causa muy frecuente de consultas infantiles en urgencias.

Si bien muchas veces las enfermedades en niños son leves y cursan sin complicaciones, ante la aparición de síntomas respiratorios, estomacales o frente a un traumatismo, se requiere de una oportuna revisión médica. El pediatra Gustavo Valderrama Burmeister, jefe de emergencias materno-infantil de Clínica Dávila, señala que la primera recomendación es siempre asistir a un centro de salud para que los niños sean chequeados por un experto, y de este modo evitar complicaciones que puedan agravar cualquier patología.

Enfermedades más frecuentes en niños y lactantes

En la época de mayor temperatura contemplada entre primavera y otoño y especialmente en verano, las urgencias más recurrentes están relacionadas con las gastroenteritis, un cuadro de dolor en la zona del abdomen que es producida por una inflamación gástrica y entérica, es decir, del estómago y los intestinos. Sus síntomas suelen ser vómito y diarrea, también fiebre, lo que puede desembocar en un cuadro grave de deshidratación. Este cuadro, de no ser tratado a tiempo puede incluso provocar la muerte, dado que los niños se deshidratan con mayor rapidez que los adultos. Esta gastroenteritis puede producirse por un virus o por bacterias, principalmente transmitidas por gotitas de saliva o el contacto de heces con alimentos al no lavarse bien las manos. Puede prevenirse siguiendo los siguientes consejos:

  1. Promoviendo hábitos de higiene en niños como lavado frecuente de las manos.
  2. Manteniendo las superficies limpias en casa, especialmente baño y cocina.
  3. Realizando una manipulación de alimentos limpia y correcta.
  4. Vigilando los alimentos que los niños consumen principalmente en época de calor.

En épocas de frío, principalmente entre junio y agosto, las causas de emergencia más comunes en niños y lactantes están relacionadas con las enfermedades respiratorias, siendo bronquitis, bronqueolitis, neumonías virales (por ejemplo, por virus sincicial y otros), laringitis, faringitis y rinofaringitis (resfrío común), las más frecuentes. Señala el especialista de Clínica Dávila, que “las malas condiciones ambientales, la exposición a humo de cigarro, la exposición a humo o smog, y también la alta variabilidad térmica o cambios de temperatura” son perfectos para que las enfermedades respiratorias tomen fuerza y aumente el nivel de contagio.

Si bien la mayoría de estos casos requieren cuidados moderados en casa, hay que estar atentos a los siguientes síntomas que pueden reflejar complicaciones graves a nivel respiratorio:

  • Tos: un reflejo convulsivo que expulsa lo que está produciendo inflamación principalmente en la garganta. Si hay tos, existe un problema en los bronquios, y suele comenzar un par de días antes con dolores de garganta.
  • Hundimiento de partes blandas: por ejemplo, la zona de las costillas, lo que refleja dificultades para respirar.
  • Cianosis: coloración morada en los tejidos que aparece por falta de oxigeno principalmente en labios y mucosas orales.
  • Aumento de la frecuencia respiratoria: los niños respiran normalmente entre 12 y 14 veces por minuto, el aumento de esta frecuencia puede significar que su cuerpo está haciendo un esfuerzo adicional por oxigenar la sangre.

Los traumatismos causados por accidentes también son frecuentes

Un traumatismo es una lesión ósea o de un tejido causada por un agente externo. Una fractura, un corte, un golpe o una quemadura son algunos de los traumatismos más comunes, y pueden ir desde algo superficial o leve hasta un traumatismo severo que incluya pérdida de conciencia.

La mayoría de los traumatismos ocurren en vacaciones. Sin embargo, en época escolar también suceden, principalmente al realizar actividades deportivas o grupales. Las más frecuentes son las fracturas de extremidades inferiores y superiores. No obstante, el factor de accidentes de tránsito también es recurrente, causando traumas torácicos y abdominales.

Las quemaduras, por otra parte, suelen ocurrir cerca de estufas y dentro de la cocina de los hogares, y es en este caso en donde el experto de Clínica Dávila es enfático: “Se debe concurrir rápidamente a un servicio de urgencia y en el domicilio no hacer nada más que lavar con abundante agua”, y no cometer el error de recurrir a remedios caseros para las quemaduras. “Por ningún motivo echar cremas, harina, ungüentos que tienden a complicar el manejo de las quemaduras e incluso las pueden agravar”.

En el caso de cualquier traumatismo que a simple vista parezca de gravedad (que incluya pérdida de conciencia, fracturas de columna o cráneo, abundante hemorragia u otros), la intervención en los primeros minutos es fundamental para salvar la vida de un niño, por lo que se debe priorizar que la respiración no se vea comprometida y procurarle oxigeno en todo momento, verificando boca y nariz para que no haya obstrucción. En caso de quemaduras graves, alejar al paciente de la fuente de calor y lavar con abundante agua, mientras que en caso de inmovilidad autónoma, no trasladar o mover de lugar al accidentado por cuenta propia y esperar que lleguen profesionales capacitados como ambulancia, carabineros o bomberos.