La diabetes gestacional es un trastorno del metabolismo que solo se desarrolla durante del embarazo. Este tipo de diabetes afecta a un pequeño porcentaje de mujeres embarazadas, desapareciendo por completo tras el parto, en la mayoría de los casos.

Al momento de comer, el cuerpo transforma los alimentos en glucosa, un tipo de azúcar que da energía a las células. Para que éstas puedan digerir la glucosa, necesitan una hormona que produce el páncreas: la insulina. Si el cuerpo no produce suficiente insulina para hacer este proceso, la glucosa queda circulando por la sangre.

En palabras simples, la diabetes significa tener altos los niveles de azúcar (glucosa) en la sangre.

Esta enfermedad es común en el embarazo debido a todos los cambios hormonales que se producen en este proceso. Por lo general, la “diabetes gestacional” se presenta a las 20 semanas de gestación, por lo cual, se suelen realizar exámenes para medir la tolerancia a la glucosa entre la semana 24 y 28.

Las mujeres que presentan factores de riesgos previos al embarazo, como sobrepeso o antecedentes de diabetes en la familia, deben hacer este examen con anterioridad.

Una vez que nace el bebé, este tipo de diabetes suele desaparecer en la gran mayoría de las embarazadas. Sin embargo, una vez que se tiene, es probable que vuelva a aparecer en un futuro embarazo o incluso llegar a desarrollar una diabetes del tipo 2.

La mayoría de las mujeres que desarrollan esta enfermedad, no necesitan medicamentos o insulina para combatirla. Solo basta con cambiar un par de hábitos, como realizar actividad física y comer más sano.

La mejor forma de saber si padeces de esta enfermedad es realizando controles periódicamente. Si presentas síntomas tales como: visión borrosa, fatiga, infección de vejiga, aumento de sed, pérdida de peso acompañado por un aumento del apetito, no dudes en consultar a un especialista.

¿Qué riesgos corre el bebé?

Mientras que las madres con diabetes gestacional, son más propensas a desarrollar problemas de hipertensión arterial durante el embarazo, el bebé puede verse afectado por un aumento de peso, generando complicaciones por su gran tamaño lo que implicaría realizar un parto por cesárea.

Otro riesgo, es que el bebé pueda tener hipoglicemia; un bajo nivel de azúcar. Al estar en el vientre materno, éste debe producir una gran cantidad de insulina para que su cuerpo digiera el alto nivel de glucosa que es suministrado por la madre. Tras el parto, su páncreas sigue produciendo toda esa insulina, lo que hace que las células del bebé consuman de inmediato la glucosa, la que ahora tiene un nivel normal.

Existe la posibilidad de que el recién nacido tenga tendencia a la obesidad durante su infancia o en edad adulta, desencadenando problemas cardiovasculares o incluso la misma diabetes.

Recomendaciones

  • Sigue una dieta balanceada según las indicaciones de tu médico nutricionista.
  • Realiza ejercicio moderado. Esto ayudará a tu cuerpo a procesar de mejor forma la glucosa.
  • Contrólate periódicamente con tu médico tratante.