La automedicación es el consumo de medicamentos sin indicación médica. Esta práctica es bastante común, y supone dos grandes peligros: por un lado, el riesgo farmacológico derivado del desconocimiento de los efectos, posología (determinación de la dosis), efectos secundarios e interacción con otras afecciones o medicamentos. Por otra parte, dificulta el diagnóstico de un paciente, al enmascarar el dolor, alterando los resultados de exámenes o incluso teniendo interacciones graves con algunas enfermedades.

De acuerdo con el Ministerio de Salud (MINSAL), en Chile es muy frecuente la automedicación con analgésicos de venta sin receta, como el paracetamol o ibuprofeno. Esta tendencia a la automedicación está, además, muy relacionada con daño gastrointestinal, renal o hepático.

El dolor y uso de analgesia en enfermedades agudas y crónicas

Son muchas las enfermedades crónicas (de larga duración y recurrentes) y agudas (de corta duración, no recurrentes) que requieren tratamiento del dolor. En el caso de enfermedades agudas, el tratamiento del dolor es conocido como perioperatorio, donde el principal objetivo es reducir a estado “moderado” el dolor de un paciente antes, durante y después de una intervención quirúrgica;  mientras que, en el caso de enfermedades crónicas, es conocido como tratamiento paliativo. En ambos casos, los analgésicos son parte fundamental del tratamiento, pero requieren un diagnóstico y una indicación médica para que no sea nocivo para la salud.

Analgésicos en tratamientos paliativos y perioperatorios

Juan Antonio Merino, médico y anestesiólogo de Clínica Dávila, señala que los analgésicos son primordiales para el control del dolor, especialmente en pacientes crónicos. Esto es debido a que sus dolencias son recurrentes y suelen medicarse en su domicilio, como es el caso de un paciente con cáncer con metástasis ósea. En este caso, las recetas son retenidas en las farmacias al realizar la compra, debido al alto índice de adicción que presentan los opioides, lo que aumenta el riesgo de un consumo excesivo.

Los opioides, según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), son “sustancias derivadas de la adormidera o sus análogos sintéticos con efectos similares. La morfina, la heroína, el tramadol, la oxicodona y la metadona son opioides”, varios de ellos utilizados en el tratamiento paliativo de enfermedades crónicas. Se estima que 15 millones de personas tiene algún grado de adicción a estos medicamentos en alguno de sus formatos, y en Estados Unidos fue declarada una emergencia médica a nivel nacional.

Para el especialista de Clínica Dávila, “nos pasamos de un extremo, donde no se indicaba nada de opioides, por el miedo a que los pacientes se pudieran hacer adictos, al otro extremo, donde hay sobre indicación y con una cantidad de pacientes que se están haciendo adictos”. Es enfático al mencionar que en Chile el uso de opioides sigue restringiéndose a las clínicas y centros hospitalarios, y que el uso domiciliario no es masivo.

Importancia de un correcto uso de analgésicos en el post operatorio

Para el profesional, parte fundamental de evitar el uso prolongado de opioides es el correcto manejo post operatorio. De este modo, el tratamiento del dolor adecuado en tiempo y forma logra controlar, reducir o eliminar una dolencia, evitando así el desarrollo de dolores crónicos. “Cuando un dolor es muy intenso o muy prolongado en el tiempo, puede producir cambios a nivel del sistema nervioso central de tal forma que se “cronifica” el dolor”, señala. La educación de los pacientes es fundamental, y reduce su sufrimiento, señala el especialista.

Otros modos de combatir el dolor es aplicar frío en caso de trauma agudo, como un golpe o esguince, y calor en caso de enfermedades crónicas, así como también tener cuidado y no abusar de los analgésicos siguiendo las indicaciones correspondientes, dado que su uso incorrecto puede producir desde fallas hepáticas hasta la muerte, e intoxicación en caso de estar al alcance de niños.

La medicina perioperatoria también es fundamental en el post operatorio, según indica el experto, “alrededor de 50% de los pacientes que se operan en Clínica Dávila, tienen lo que se llama una evaluación perioperatoria, en la que un médico anestesiólogo los entrevista, les toma los antecedentes, las patologías, los examina, ve los exámenes de laboratorio y le explica al paciente a qué va a ser sometido. Esa explicación ayuda mucho a los pacientes: baja el nivel de ansiedad, el miedo, y para el paciente es la instancia en la que pregunta al médico anestesiólogo qué va a ser de él, digamos, durante el perioperatorio, qué es lo que le va a pasar, qué es lo que va a sentir. Esa es una buena medida para ayudar a minimizar el dolor y el sufrimiento en el paciente que se va a operar”.