Los cálculos renales son depósitos duros de sales y minerales que se forman en los riñones. La gran mayoría de estos corresponden a sales de calcio y dependiendo de cada paciente, va a variar su tamaño y forma.

Para el doctor Manuel Ossa, urólogo de Clínica Dávila, esta patología puede producir un dolor de inicio brusco que, generalmente, es de gran intensidad y comienza en la zona lumbar de un lado, se irradia hacia el abdomen bajo y, en ocasiones, hacia los genitales. También, se puede acompañar de sensación de náuseas, ansiedad y sudoración, además, puede ocasionar oscurecimiento de la orina y síntomas urinarios, como dolor al orinar y aumento en la frecuencia de la micción.

El riesgo de no tratar adecuadamente los cálculos renales puede asociarse al riesgo de desarrollar infecciones de distinta gravedad en una via urinaria mal drenada, y puede provocar que la función del riñón se vea afectada en forma reversible o irreversible. Si la obstrucción es transitoria o se mantiene por largo plazo, existe incluso el riesgo de causar pérdida de un riñón.

¿Cómo aliviar el dolor de cálculos renales?

Existen diversos tipos de tratamientos para los cálculos renales y estos van desde un manejo médico a un manejo quirúrgico.

Según el urólogo de Clínica Dávila, el principal objetivo del tratamiento médico es el alivio del dolor de los pacientes, puesto que tal como se mencionó anteriormente, este puede llegar a ser muy intenso.

Este tratamiento va a variar de acuerdo a las características de cada paciente, las que se van a determinar con un estudio de imágenes que debe realizarse lo antes posible. Conforme a lo expresado por el doctor Ossa, el más efectivo es el Pielotac (tomografía axial computada sin contraste) y de acuerdo a este resultado el urólogo a cargo deberá decidir la conducta del tratamiento médico.

Asimismo, agrega que es sumamente relevante consultar y no automedicarse, puesto que existe la posibilidad de que el cálculo que está provocando la obstrucción del uréter pueda dejar de doler, lo que conllevaría a que el paciente pueda pensar que el problema está resuelto y deje de consultar con un especialista, con el riesgo de quedar con una obstrucción crónica y deteriorar la función renal.

Respecto a los remedios caseros para los cólicos renales, el especialista asegura que son ineficientes, puesto que no existen estudios que avalen prácticas como tomar jugo de piña, agua chanca piedra u otras hierbas para facilitar su eliminación. No obstante, si el cálculo es pequeño, se piensa que es factible que sea expulsado de forma espontánea. Asimismo, la ingesta abundante de líquidos puede ayudar, pero esta debe ser indicada una vez que el dolor intenso y agudo haya cedido.

El urólogo de Clínica Dávila es enfático al comentar que la prevención de los cálculos renales es de suma importancia y el pilar fundamental de esto es la ingesta abundante de líquidos (lo suficiente como para orinar dos litros diarios), lo que debe estar acompañado de ciertos hábitos alimenticios y actividad física.

Cirugía para los cálculos renales

El proceso de eliminación de un cálculo que se encuentre en el uréter va a depender mucho de su tamaño. Si es menor a cinco milímetros, tiene un 80% de probabilidades de ser expulsado de forma espontánea, pero este porcentaje disminuye dramáticamente si el cálculo es mayor a siete milímetros, a menos de un 20%, comenta el especialista.

Entonces, de la misma manera, la cirugía más indicada para cada cálculo renal va a variar dependiendo del tamaño de éste.

Cuando se trata de cálculos renales pequeños, es decir, menores a dos centímetros, la cirugía retrógrada intrarrenal es la más indicada. Los cálculos de los pacientes que deseen someterse a esta cirugía deben cumplir además con otros requisitos que dicen relación con su densidad, localización, forma, tamaño y cantidad.

Los principales beneficios que tiene esta técnica son que se trata de una cirugía bien tolerada, mínimamente invasiva, que puede ser ambulatoria o de corta estadía en la clínica.

Por otro lado, cuando las piedras renales son de mayor tamaño, en general, mayores de dos centímetros, o cuando ocupan gran parte de la via excretrora del riñón (cálculo coraliforme), o han fracasado a otros métodos menos invasivos se recomienda la cirugía renal percutánea.