El llamado al aislamiento social provocado por el nuevo coronavirus es una novedad para todos en el mundo, y tanto jóvenes como adultos se ven afectados por este estilo de vida diferente. El trabajo en casa, la vida familiar y el encierro pueden impactar fuertemente en niños, y en especial en adolescentes, por el espacio que ellos necesitan.

Convivencia en aislamiento social

La psicóloga de niños y adolescentes de Clínica Dávila, Ayleen Gemmel, comenta que los padres deben asumir un rol conciliador y cercano, que motive a sus hijos a hacer cosas en su día a día.

En esta línea comenta que, “como padres, en primer lugar, tenemos que enseñar a los niños a tener la mente en calma. Además, debemos promover que realicen actividades que les gustan y no poner el encierro como excusa, ya que hay cosas a las que podemos acudir para bajar los niveles de ansiedad, pero siempre con moderación”.

“Hay que establecer normas de convivencia en cuarentena, ya que, con ellas se ayuda a bajar la ansiedad de los niños, al reducir la incertidumbre. El saber qué viene, qué van a hacer, normas que tengan que ver con los horarios en general, como los de levantarse y acostarse. Tenemos que ser capaces de transmitir que somos un equipo y trabajar todos juntos para llevar esta etapa de la mejor manera”, explica la experta.

De acuerdo a la especialista, la situación provocada por el Covid-19 exige una comunicación fluida con los niños, pues cuenta que, “dependiendo de la edad, hay que dar la información que ellos sean capaces de procesar, y ojalá que siempre sea para transmitir tranquilidad, y así no generar mayor ansiedad en nuestros niños”.

Hábitos en aislamiento

La especialista comenta que durante el día hay que establecer ciertos horarios que ayuden a no caer en un desorden de rutinas alimentarias y del sueño, puesto que, ante la incertidumbre de la duración del aislamiento social, volver a una rutina normal se puede tornar demasiado complicado.

Por otro lado, dado que la obesidad infantil es un problema en Chile y viene acompañada de graves consecuencias, la psicóloga infanto-juvenil menciona que, “tenemos que cuidar la alimentación, especialmente por las consecuencias respecto de nuestra movilidad al estar encerrados, ya que no podemos salir a caminar o sacar a los niños a correr. La ansiedad se ha reflejado justamente, a lo mejor, en comer más y ello redirecciona a todo el tema del sobrepeso”.

“Respecto a las rutinas del sueño de nuestros niños, es de vital importancia cuidarlas. Tal vez no va a ser necesario que nuestros hijos se despierten a las siete de la mañana como en una etapa escolar normal, pero, por ejemplo, las ocho y media, sí puede ser un horario razonable para que comiencen sus actividades”, explica Ayleen Gemmel.

Medidas de distracción

El uso de tecnologías va a ser crucial, pero es necesario ocuparlas a nuestro favor. Desde el celular se pueden bajar ejercicios de yoga, de entrenamiento o incluso libros, además de poder conectarse con sus pares, una necesidad especial de todo adolescente por su etapa de desarrollo”, comenta la psicóloga.

Existen otras formas de entretención que pueden ayudar a distraerse y, de paso, fortalecer la convivencia familiar. Sobre esto, la especialista explica que, “los juegos de mesa son muy buenos por varios motivos, ya que no solamente logran incluir a toda la familia, sino que sirven para todas las edades. También podemos ir redescubriendo cosas que hemos ido dejando de lado por el tiempo, como cocinar, bailar o escuchar música con nuestros hijos”.

La especialista es enfática en recalcar que, a pesar de la necesidad de establecer horarios, hay que velar por no interferir y tratar de ajustarse a los niños y adolescentes, y explica que, “tenemos que ir viendo cómo avanzamos, especialmente con los adolescentes. Puede que al establecer nuestras rutinas de distracción, por ejemplo, un juego de mesa a las ocho y media, tope con la hora en la que nuestro hijo adolescente se conecta con sus pares a través de una videollamada. Es importante no ser tan rígidos”.