En la actualidad se considera que el apego es uno de los aspectos más importantes en el desarrollo de los niños, ya que una buena relación afectiva puede definir la manera en que nos relacionemos con otros.

Es por ello, que María Fernanda Flores, psicóloga infanto-juvenil de Clínica Dávila, explica que “el apego es una necesidad biológica del niño hacia un adulto significativo y no al revés. Es una necesidad biológica del niño para sobrevivir y desarrollarse, y por este motivo, sus cuidadores principales son quienes tienen el rol de contenerlos, regularlos, protegerlos y cuidarlos”.

Respecto a los distintos estilos que podrían generarse en la relación entre los bebés y sus cuidadores principales, la psicóloga especifica que “el apego seguro es el vínculo afectivo entre el bebé y un adulto significativo que se caracteriza por ser estable, consistente y duradero en el tiempo, donde este adulto protege y regula el estrés del bebé. Por lo tanto, su importancia radica en que es un factor protector en la salud emocional y el desarrollo cognitivo y social del niño”.

Sobre las habilidades fundamentales que pueden fomentar el apego seguro, la especialista señala que existen ciertas conductas que espontáneamente realizan los padres al responder a las necesidades de sus hijos, que promueven seguridad en el vínculo. Estas conductas están orientadas principalmente a la protección y contención del estrés del niño. Sin embargo, también es fundamental apoyar la exploración, brindarle cuidado y ayudar de manera contingente si el niño lo requiere, así como estar disponible física y emocionalmente.

Estas habilidades pueden agruparse en 4 procesos mentales que realiza el adulto en relación a las conductas de estrés que manifiesta el niño (Lecannelier, 2016):

– Atención: se refiere a la capacidad de atender la conducta de estrés del niño.

– Mentalización: habilidad para interpretar lo que está sintiendo el niño.

– Automentalización: proceso de entender qué le pasa a uno como padre y madre frente a esa conducta de estrés del niño.

– Regulación: capacidad de responder adecuada y contingentemente a la necesidad del niño y ayudarlo a conseguir un estado de tranquilidad.

Mitos sobre el apego seguro

El apego no es una situación o evento específico (lactancia, juego, “apego temprano”, etc.), sino que es un proceso, que se construye con  el tiempo.

La psicóloga aclara que “el apego no tiene que ver con el cariño o contacto físico afectivo, sino que esa es solo una parte. Está demostrado que los bebés que son más contenidos, protegidos y atendidos por sus cuidadores tempranamente, son niños más seguros y autónomos. Los bebés no tienen que aprender a ser independientes desde los primeros meses (dormir solo, no pasar mucho tiempo en brazos, jugar solo, etc.),  ya que ellos necesitan la regulación física y afectiva de sus cuidadores”.

Asimismo, agrega que el apego no se fomenta en momentos positivos (situaciones de juego, etc.), sino que, al contrario, se genera cuando el niño expresa malestar (porque tiene una necesidad) y cómo el adulto responde a esta conducta y ayuda al niño a volver a un estado de calma y tranquilidad. “Muchas veces las conductas de apego de los niños o conductas destinadas a buscar contención y protección del adulto significativo, son interpretadas erróneamente por sus cuidadores  como manipulación o pataletas”, precisó la psicóloga.