En Chile, la adolescentología -como una nueva rama de la medicina preocupada de los pacientes entre los 10 y los 19 años- comenzó a tomar fuerza desde fines del siglo pasado, según comenta la pediatra y adolescentóloga de la Clínica Dávila, Claudia Sagredo. “Se trata de una subespecialidad que está en desarrollo, ya que en nuestro país aún somos muy poquitos profesionales en esta área, los que en este momento además nos encontramos en proceso de validación ante la Corporación Nacional de Certificaciones Médicas (CONACEM)”, explica la doctora.

Al respecto, la doctora Sagredo comenta que los adolescentes en nuestro país representan aproximadamente un 15% de la población total nacional. La idea es que, como se trata de una edad especifica con características bien definidas en el cual ellos exigen espacios propios, se necesita contar con profesionales dedicados exclusivamente a este grupo, tal como los neonatólogos, por ejemplo, tratan con los recién nacidos. “Es importante que los adolescentes sepan que en algún momento pueden acudir a un espacio donde se les van a atender específicamente” señala la profesional.

Importancia del control sano en adolescentes

Tal como ocurre en el caso de los niños y niñas, la doctora Sagredo comenta que “en el caso de los adolescentes es necesario que también se sometan a un control sano al menos una vez al año entre los 10 y 15 años y, entre los 16 y 19 años, esta revisión se realice una vez cada dos años”, recalcando la importancia de la medicina preventiva en todas las etapas de la vida.

Este chequeo consiste básicamente en la revisión de aspectos tales como el crecimiento del joven, su peso y talla o si existe alguna alteración desde el punto de vista nutricional. Además “se evalúa su desarrollo puberal, cognitivo, moral y social, intentando pesquisar las patologías más frecuentes en esta edad, las que corresponden a cinco áreas básicas: la sexualidad, el desarrollo escolar, las adicciones, la alimentación y recreación. Esto además de aspectos relacionados con la violencia, ya sea en casos de autoagresión o de agresiones externas como por ejemplo en el caso del bullying. En este sentido, la profesional señala que “nuestra mirada apunta a tener adolescentes sanos que desarrollen su máximo potencial durante el mayor tiempo posible” de modo tal que puedan llegar en las mejores condiciones de salud física y mental a la edad adulta.

Finalmente, la doctora Sagredo reitera la importancia de no dejar la salud de los niños de lado una vez que llegan a la adolescencia. “Cuando recién nace un hijo nadie duda de llevarlo al médico, existe una cultura de cuidado, pero ella debe ser fortalecida y profundizada en las edades mayores, porque en el fondo lo que queremos es que el niño siga sano. Si yo hice todo un trabajo de mamá o papá cuidador todos los primeros años, ¿qué pasa cuando los hijos llegan a la adolescencia, que parece que se nos olvida?”. El llamado entonces es a cambiar este paradigma y mantener y proteger la salud de los adolescentes en esta difícil edad.