El accidente cerebrovascular, también conocido como ACV, constituye la principal causa de muerte en Chile y la segunda a nivel mundial.

Con el objetivo de hablar de sus síntomas, consecuencias y cómo prevenirlos, la transmisión de Dávila en Vivo de esta semana invitó a los doctores Cristián Neira, neurólogo, y a la doctora Valentina Garnham, urgencióloga, ambos profesionales de Clínica Dávila, quienes respondieron las principales consultas de nuestros pacientes.

El doctor Cristián Neira comenzó la conversación explicando que un accidente cerebrovascular o infarto cerebral es básicamente la muerte del cerebro, donde las principales señales que se presentan son la disartria (dificultad para hablar y modular), la pérdida de sensibilidad o de fuerza de un lado del cuerpo y la percepción de tener el rostro “chueco”.

“Es una urgencia médica, porque el paciente puede morir o quedar con una secuela funcional grave”, contó.

Por su parte, la doctora Valentina Garnham agregó que, si uno experimenta o ve a un familiar con algún tipo de déficit neurológico, debería acudir cuanto antes al servicio de urgencia. “Las neuronas son muy frágiles”, puntualizó.

Asimismo, afirmó que la presencia de cefaleas o dolor de cabeza que deberían llevar a consultar son los de inicio brusco, súbito, que producen compromiso de conciencia, convulsión, vómito importante o un desmayo de los pacientes.

“Si yo no he sufrido nunca de dolor de cabeza y siento un dolor que súbitamente alcanza intensidad de 10, debería consultar al servicio de urgencia inmediatamente. Pero si tengo un dolor de cabeza de diez años de evolución, probablemente esa cefalea no va a ser tan importante, a menos que cambie en sus características”, complementó el doctor Neira.

¿Cuáles son las secuelas de un accidente cerebrovascular?

Según manifestó la doctora Garnham, la principal consecuencia de un ACV es la pérdida de la funcionalidad, mientras que el doctor Neira lo graficó así: “Tú ves, sientes, piensas, te mueves, todo lo que haces es con el cerebro. Entonces, puedes quedar con secuelas motoras, del lenguaje, de sensibilidad y cognitivas. Por eso es tan importante que se consulte lo antes posible”.

De hecho, aclararon que hay pacientes que pueden quedar sin secuelas producto de un accidente cerebrovascular si consultan en forma precoz y oportuna.

“Si tú llegas a un servicio de urgencia y se te ofrece toda la terapia y se hacen las cosas en forma adecuada, tú podrías quedar absolutamente bien, sin secuelas”, fundamentó la doctora.

Además, el doctor Neira aclaró que los efectos dependen de la gravedad del episodio y que recién después de 6 meses a un año de ocurrido el ACV puede determinarse efectivamente si las secuelas serán definitivas.

Atención de Urgencia

Según explicó la doctora Garnham, una vez que un paciente ingresa al Servicio de Urgencia, es evaluado por una enfermera que es capaz de detectar cualquier indicio de un accidente cerebrovascular.

“Nosotros acá en Clínica Dávila disponemos de la Clave Amarilla, que se activa de inmediato y al que acude el equipo de Urgencia y el equipo de Neurología. También se alerta al equipo de hemodinamia vascular, todos coordinadamente”, indicó.

Así, el paciente es llevado inmediatamente a la zona del recuperador, donde es atendido por un urgenciólogo, y luego se le realiza una resonancia nuclear.

“Ahí detectamos, principalmente, si es que es un accidente cerebrovascular, en qué etapa del ACV se encuentra y qué tipo de accidente cerebrovascular es”, aclaró la especialista.

El tratamiento, en tanto, depende del tipo de evento, en términos simples, si la arteria se tapó o se rompió.

“El accidente cerebrovascular isquémico es candidato a trombólisis; la trombosis de senos venosos, en cambio, es candidata a anticoagulación y en el accidente cerebrovascular hemorrágico, básicamente uno protege el cerebro con todas las medidas de neuroprotección que se instauran desde que el paciente llega a la urgencia”, declaró la doctora.

Cómo prevenir un ACV

Durante toda la conversación, los doctores destacaron la importancia de controlar los factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo, la obesidad, el sedentarismo y el consumo de alcohol y el colesterol alto. “Lo que le hace mal al corazón, le hace mal al cerebro”, explicaron.

El uso de anticonceptivos orales es también parte del riesgo conocido que tienen las mujeres mayores de 30, 35 años y, sobre todo, las que fuman. “Esa mezcla es fatal”, aclaró la doctora.

La edad es otro factor de riesgo, que aumenta con el tiempo y se dispara a partir de los 60 años. Además, suele ser más frecuente y agresivo en los hombres.

Por todo lo anterior, mantener un estilo de vida sano sería fundamental para la prevención de un accidente cerebrovascular.

“Uno le dice al paciente que más que hacer una dieta, mantenga un estilo de vida saludable. Por todos lados es mejor la prevención primaria antes que llegar, en el fondo, a la trombólisis o la rehabilitación después del evento”, sostuvo el doctor Neira.

Al respecto, hicieron la distinción entro los factores de riesgo no modificables , como la hipertensión o la diabetes,  y los que sí se pueden mejorar.

“El cambio en el estilo de vida, hacer ejercicio, dejar de fumar, todo eso aporta y va a mejorar la vasculatura cerebral. Si bien el daño vascular como tal ya está instaurado por los factores de riesgo no modificables, en los modificables uno puede trabajar. Y ahí es donde uno esperanza a los pacientes”, concluyó la doctora Garnham.

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